En 2015 McLaren iniciaba una nueva etapa con Honda con la esperanza de volver a vivir aquellos años en los que ocupaba las primeras ubicaciones de la parrilla con Ayrton Senna y Alain Prost. Para esta nueva etapa, luego de un par de años con resultados mediocres tras la salida de Hamilton, en McLaren mantuvieron a Jenson Button y contrataron a Fernando Alonso, quien buscaba un proyecto ganador tras el último año que había pasado abordo del monoplaza de Ferrari.

No obstante, el 2015 fue un año lamentable para la alianza McLaren – Honda y ni la excusa de ser el primer año de este nuevo vínculo pudo reducir el escándalo de una temporada en la que recién pudieron sumar puntos en la sexta carrera de la temporada, en cuatro grandes premios abandonaron sus dos vehículos y solo sumaron en cinco grandes premios de diecinueve. El segundo año de esta relación mostró cierta evolución y la experiencia de Button y Alonso los llevó a terminar sextos en el campeonato de constructores.

Cuando parecía que había llegado el momento de McLaren para aprovechar los cambios que se dieron en la Fórmula 1 de cara a la temporada 2017, el equipo decepcionó y en aquel año lograron resultados casi tan malos como los de 2015. La fiabilidad del monoplaza no era la mejor y en la mayoría de circuitos sufría debido a la falta de potencia. Las autoridades de McLaren, como Zak Brown, se limitaban a responsabilizar a Honda mientras sus pilotos veían como se iba por el abismo una temporada que iniciaron llenos de esperanza y que representaba una oportunidad perdida, por los cambios normativos que suelen generar cambios importantes en la parrilla, para volver a los primeros planos de la categoría.

La decisión de McLaren fue romper su vínculo con Honda y apostar por el confiable rendimiento del motor Renault. En Woking confiaban en tener un buen chasis y que este, a diferencia de lo que ocurría mientras eran motorizados por Honda, iba a poder mostrar un gran rendimiento con los motores de la marca francesa. Sin embargo, el 2018 sigue sin mostrar a McLaren como un equipo que pueda pelear por ser mejor del resto y menos como una escudería que evidencie estar evolucionando para llegar a ser un equipo que pueda pelear por pódiums y victorias en un futuro cercano.

Mientras que equipos como Force India, Haas, Renault (quienes tienen los mismos motores que McLaren) y hasta Sauber vienen mejorando con el paso de la carreras, McLaren depende en exceso del manejo de Alonso para rescatar algún punto con un monoplaza que pudo solucionar sus problemas de fiabilidad con respecto a otras temporadas pero que no muestra progreso y cada vez se aleja más de los equipos de punta.

Actualmente, McLaren parece no tener un plan claro para volver a los primeros lugares de la categoría. Aquellos años en los que peleaba el campeonato contra los Ferrari (2007 y 2008) parecen muy lejanos cuando se comparan con un presente de McLaren que tiene que resignarse a quedar fuera en la Q2. Los últimos rumores con respecto al equipo del monoplaza naranja los vincula con una posible llegada a la Indycar. Todo indica que no hay mucha esperanza en encontrar una solución inmediata para volver al camino del éxito en la F1 y resulta más probable verlos celebrando triunfos en la categoría norteamericana que de vuelta en un pódium en la Fórmula 1.