El pasado domingo, Lewis Hamilton y el equipo Mercedes vivieron uno de sus peores fines de semana en mucho tiempo. La carrera del inglés fue volviéndose en su contra progresivamente, hasta llegar a un punto de no retorno, la retirada. Primero, la mala estrategia desde el muro de su equipo complicó y mucho sus opciones de victoria. Más adelante, Hamilton también tuvo que decir adiós a sus opciones de podio. Pero no fue hasta a falta de diez vueltas para el final cuando todo se torcería del todo para los hombres de plata. Una avería en su monoplaza dejaba al tetracampeón del mundo parado en la pista cuando rodaba en cuarta posición.

Fue un día de despedidas para el inglés. Adiós a la victoria, adiós al podio y adiós a la carrera. Al despedirse de la carrera también vio como el déficit de puntos en relación con su rival por el campeonato, Sebastian Vettel, aumentó. De los 3 puntos que iba a sacar el de Ferrari respecto a Hamilton cuando rodaban en tercera y cuarta posición, pasamos a 15 cuando la avería se produjo. Con este final inesperado, Lewis también tuvo que decir adiós al liderato del mundial. Por último, aunque seguro que en ese momento sería lo menos importante para él, el contratiempo con la mecánica de su Mercedes también ponía punto final a una racha de récord del de Stevenage. 33 carreras consecutivas puntuando. El anglosajón, quien no abandonaba desde su fatídica rotura de motor en el Gran Premio de Malasia de 2016, la cual le puso el campeonato prácticamente en bandeja a Nico Rosberg, logró encadenar la friolera de 33 pruebas seguidas sin errores mayúsculos, y lo que es más sorprendente, sin averías mecánicas.

33 grandes premios consecutivos finalizando en la zona de puntos. Cuesta mucho pensar que alguien en un futuro pueda ni siquiera acercarse a esta estratosférica cifra. Pero Hamilton ha tenido ayuda. En esta época de la Fórmula 1 puntúan diez monoplazas, y además, la fiabilidad parece estar más controlada que nunca. Algunos podrán pensar que la superioridad mostrada por Mercedes quizá haya facilitado mantener el monoplaza sin averías, ya que no necesitaban exigir el máximo a su monoplaza por la distancia con sus competidores, pero recordemos que este récord se ha fundamentado mayormente en 2017, cuando Ferrari luchó y peleó con ellos hasta el final.

¿33 grandes premios consecutivos sin toques en la salida? No. Sin ir más lejos, tenemos el ejemplo de México 2017. En la carrera en la que Lewis Hamilton se proclamó campeón del mundo por cuarta vez, el de Stevenage sufrió un toque con su rival Vettel en los primeros instantes de carrera, el cual obligó a ambos a detenerse en boxes y remontar. En cambio, en esta época de tantísima diferencia entre las escuderías punteras y el resto, es igual que sufras un percance serio en la salida, que siempre y cuando el monoplaza pueda continuar, tendrás los puntos casi asegurados.

Por último, y por desgracia para el inglés, se quedó a una carrera más de liderar otro récord en solitario. En este caso se trata del de más grandes premios consecutivos finalizados, sin importar en zona de puntos o no. El piloto que tiene el honor de compartir este registro con Hamilton es el alemán Nick Heidfeld, quien también encadenó 33 grandes premios consecutivos viendo la bandera a cuadros entre el Gran Premio de China de 2007 y el Gran Premio de Italia de 2009.