Con la nueva MGU-K Renault... Sigue siendo Renault
Los franceses experimentaron fallos en sus componentes durante el pasado Gran Premio de Austria a pesar de la introducción de nuevos elementos en su UP para ese Gran Pemio.
Los hispanohablantes tenemos un dicho que dice: “Aunque el mono se vista de seda mono se queda”. Pues los franceses llevan esta frase escrita en la frete, o más bien en la tapa motor del coche: Renault falla cada fin de semana y algunos de sus pilotos ya están a las puertas de las sanciones. El Gran Premio de Austria y su sofocante calor durante la carrera ha condenado a los motores de varias marcas diferentes al sobrecalentamiento, a la quema y al abandono. Fue el caso de Mercedes, un fallo en el motor de Hamilton y un problema hidráulico en el coche de Bottas; Honda lo sufrió con Hartley, y aunque los japoneses no se quieren responsabilizar de lo sucedido, todo apunta a que el problema es del motor; y el propulsor Renault, que falló en Sainz, Hülkenberg y Ricciardo. Por suerte para los franceses, el buen resultado de Max Verstappen y la remontada de Fernando Alonso taparon un poco los problemas evidentes de fiabilidad en el propulsor galo, pero es un problema que no se debe ignorar.
Algunos de los abandonos sucedieron durante la primera mitad de carrera, como es el caso de Hülkenberg, cuyo motor, tras estallar en plena recta principal, quedaba envuelto por las llamas. Probablemente Niko deberá montar un motor completamente nuevo para el Gran Premio de Silverstone, por lo que podría sancionar. Por su parte Sainz experimentó anomalías en el motor durante el Gran Premio: a parte de la mala parada y los fallos estratégicos del equipo francés, el monoplza de Carlos Sainz debió experimentar algún tipo de pérdida de potencia, pues su ritmo no era tan rápido como debería serlo. Y ya sería el segundo fin de semana consecutivo con problemas para el español, tras el Gran Premio de Francia donde se quedó sin ese sexto puesto que mereció. Y qué decir de Ricciardo, el día de su cumpleaños, en una temporada en la que está destacando por encima de su compañero, pero la fiabilidad no le acompaña. Tal y como le pasó a Verstappen el pasado año, Ricciardo está sufriendo todos los problemas mecánicos del propulsor galo: en Bahréin, Mónaco (a pesar de la victoria) y ahora Austria cuando estaba luchando por la victoria, o al menos un segundo puesto. Cierto es que Red Bull no usó la MGU-K que traía Renault y tal vez estirar en exceso la vida de la anterior especificación y el no querer sancionar en Austria ha podido hacer que ahora el australiano tenga que partir desde posiciones atrasadas en el próximo Gran Premio, y no les conviene, pues Silverstone es una buena oportunidad para los de Red Bull.
Ahora, tras el Gran Premio, podemos ver cómo la clasificación de constructores se está apretando: Los Haas (49) por fin han logrado colocar el coche donde se merece y se han colocado 5º acechando a los de Renault (62), que como continúen con fallos de fiabilidad de este calibre y comiencen a sancionar, van a sufrir mucho para conservar esa cuarta plaza que ahora mantienen por trece puntos sobre los americanos. En sexto lugar está McLaren (44) y no parece que vayan a mantener por mucho tiempo esa plaza, pues Force India (42) viene pisando fuerte: Los indios están dos puntos por debajo y con un crecimiento mayor que el de los de Woking, que cada fin de semana evidencian aún más su pobre desarrollo del monoplaza.
Así que la guerra en mitad de tabla sigue siendo toda una encarnizada lucha: Renault de momento con ventaja, Haas con el cuchillo entre los dientes, Force India despertando y McLaren con resaca. Toro Rosso (19) se ha descolgado completamente y su lucha será con Sauber (16) por la octava plaza. Ojalá los motores Renault dejen de dar problemas para poder vivir una lucha verdadera entre los equipos, que se introduzca ya el nuevo ERS que llevan desarrollando desde 2016 y junto con la MGU-K estrenada en Austria, que el motor galo pueda hacer frente al menos a los clientes de Ferrari y Mercedes. La batalla está servida.