Red Bull está ahí. O al menos Daniel Ricciardo. La escudería austriaca está teniendo su mejor arranque de temporada de la era híbrida, logrando dos victorias en seis grandes premios, y demostrando que actualmente tienen el mejor chasis de la parilla, ya que, en un circuito tan técnico como Montecarlo demostraron una evidente superioridad a pesar de tener un motor más débil que sus grandes rivales, Mercedes y Ferrari.

Daniel Ricciardo logró la primera posición en todas las sesiones del fin de semana, y le quedó hacer la vuelta rápida para lograr un Grand Chelém (Lograr pole, victoria, vuelta rápida y liderar todas las vueltas), y Max Verstappen logró puntuar tras salir en última posición tras el accidente que tuvo en los Libres 3, en un lugar tan complicado de adelantar como Mónaco.

Y los resultados podían haber sido mejores si el piloto holandés no hubiera cometido tantos fallos, perdiendo un buen resultado en Bahréin, dos posibles dobletes en China y Mónaco y el accidente entre ambos pilotos en Azerbaiyán, que ha quitado muchos puntos al equipo de la bebida energética. También algunos problemas de Fiabilidad en el motor Renault ha lastrado algunos resultados y las sanciones por cambios de componentes pueden ser determinantes a final de temporada.

Sin percances, no hubiera sido extraño ver a Red Bull estar mucho más cerca de Mercedes y Ferrari en la clasificación general y ser aspirantes al mundial. Sin embargo, hay motivos que hacen despertar el optimismo. La esperada mejora de la unidad de potencia Renault, la gran calidad de sus dos pilotos y su gran capacidad de desarrollo del coche pueden reducir más las distancias en circuitos menos favorables y ver a Red Bull pelear de manera similar contra Mercedes y Ferrari, y, con un poco de suerte y fiabilidad, que puedan optar al campeonato en la segunda mitad de temporada.