El asiento que actualmente ocupa Brendon Hartley en Toro Rosso pende de un hilo. Los resultados cosechados por el piloto neozelandés en las 5 carreras que llevamos disputadas (sólo un punto, conseguido en una alocada carrera en Bakú)  pueden estar agotando la paciencia del filial de Red Bull, y quizá sea Mónaco, la siguiente cita del calendario, la última vez que le veamos a los mandos del  Toro Rosso, según el resultado que logre en las calles del Principado.

Y cual tesoro codiciado se presenta cada asiento con rumores a quedar libre. Muchos nombres ya suenan para sustituir a Hartley en la escudería con sede en Faenza como, por ejemplo, el actual piloto de pruebas de Mercedes: Pascal Wehrlein. Otro nombre a tener en cuenta era el piloto ruso del equipo Russian Time de F2, Artem Markelov. Era, hasta que en una entrevista dejó claro no iría a por dicho asiento debido a la política que tiene Red Bull con los jóvenes talentos que empiezan a formar parte de sus filas. Además esto fue lo que dijo sobre Helmut Marko, asesor de la escudería Red Bull: “Conociendo al Doctor Marko, cómo arruina las carreras de los jóvenes, no necesito eso”. Markelov asegura también que sería posible tomar el asiento de Hartley si Renault (escudería de la que es probador en Fórmula 1) lo considera, pero que no lo haría por su propia voluntad.

Es sabido por muchos casos del pasado que la paciencia dentro del programa de jóvenes pilotos de Red Bull es muy escasa. Tan escasa que debes ser ganador desde el primer minuto para seguir perteneciendo a ellos, y que una racha de malos resultados te manda directamente a casa. Es una plataforma que te lo da todo, financiando y apoyando a los jóvenes talentos en su escalada por las categorías inferiores y te acaba dando la oportunidad que siempre has soñado, pero de la noche a la mañana puedes verte en la calle.

Casos como Buemi, Alguersuari, Bourdais o el caso más reciente de Kvyat son algunos de los pilotos que fueron creciendo de la mano este programa de jóvenes pilotos pero que acabaron fuera del equipo por no cumplir las expectativas. Como siempre hay casos aislados de talentos que llegaron a la cima y continúan en ella, como Vettel, Verstappen, Ricciardo o Sainz, que se vieron con la obligación de ganar y cumplir para quedarse en el Gran Circo.

La exigencia es máxima dentro de Red Bull para los más jóvenes, luego es normal que aunque muchos pilotos lo vean como la oportunidad de sus vidas para llegar a la Fórmula 1, otros como Markelov lo vean como un arma de doble filo. La escudería austriaca ha tenido siempre esa mentalidad ganadora y resultadista, y nunca le ha temblado el pulso para hacer cambios en sus alineaciones de pilotos, además de la tan crítica opinión del doctor Marko, que siempre ha demostrado que no se muerde la lengua a la hora de hacer valoraciones. Una presión que, sin duda, es lo que está evitando Markelov.