Ya lo dijo aquella niña en la famosa escena de la película Poltergeist: “Ya está aquí”. Es así. Charles Leclerc ha aterrizado en la Fórmula 1, y de qué manera. La promesa de Ferrari ha dejado en apenas cinco carreras grandes destellos que lo han catapultado, aún más, a la fama dentro del mundo de la Fórmula 1. Siempre hay dudas y siempre está bien que las haya con la llegada de ciertos nombres a la competición. Todos los aficionados nos mostramos expectantes ante el debut de algún piloto en la categoría reina, más aún en casos tan prometedores o sonados como este, y Leclerc no está defraudando.

Pero lo cierto es que los comienzos fueron algo dubitativos. En las dos primeras carreras fue batido por su compañero de equipo en clasificación. Además, en Bahrein pudimos ver a Leclerc ser protagonista de algún trompo por pilotar al límite. No obstante, el campeón de la GP3 y la F2 dio la vuelta a esa tendencia, y en las dos últimas clasificaciones logró colocar su Sauber en la Q2, mientras que Ericsson se tuvo que conformar con quedarse en la Q1.

Leclerc parece haberse adaptado tanto al monoplaza como a la competición. A la vista está. Si existe un circuito del que podamos sacar conclusiones hablamos sin duda de Montmeló. En él los pilotos ruedan y ruedan sin parar durante su carrera deportiva. Se lo saben de memoria y según ellos mismos es uno de los circuitos donde menos puede brillar el piloto y las diferencias son menores. Si repasamos la jornada del sábado del último gran premio podemos ver que Leclerc le endosó medio segundo a su compañero de equipo en la primera tanda de la clasificación. Casi nada.

Como dije anteriormente el piloto monegasco parece haberse adaptado al Sauber. Si a eso le añades que los dos últimos grandes premios (Azerbaiyán y España) se disputan en circuitos que ya conoce, el resultado no podría haber sido otro. Dos carrerones. En Azerbaiyán logró una sexta plaza aprovechándose del caos que se generó, mientras que en Montmeló, una carrera más tranquila, logró la última posición que da derecho a puntos. Mantuvo durante muchas vueltas detrás al McLaren de Fernando Alonso y se mantuvo en la batalla con monoplazas a priori superiores al suyo. Leclerc parece haber dejado atrás los problemas de las tres primeras carreras. Dos de ellas se dieron en territorio desconocido para el piloto monegasco (Australia y China), por lo que su mediocre rendimiento tiene una pequeña justificación.

En las redes sociales ya se han escuchado las primeras voces que piden a Ferrari que lo confirme como piloto oficial para la temporada 2019. Por pedir, hay quien pide que se suba al Ferrari este mismo año, lo cual todos sabemos que no va a suceder, por unos motivos u otros. ¿Lo veremos de rojo en 2019? Espero y deseo que sí. La nueva generación de la Fórmula 1 ya está aquí. Y tiene nombres propios: Verstappen, Leclerc, Ocon, Norris, Russell, Sette Camara…