Sustentabilidad, una palabra fundamental en F1
En el mundo del management, el concepto de sustentabilidad apareció hace mucho tiempo atrás. Fue creado para que las empresas logren nacer, crecer, madurar y subsistir con una visión de largo plazo. La F1, competencia que incluye varias partes interesadas, no escapa a este concepto que es clave para la subsistencia y el crecimiento.
Sustentabilidad, en la pureza de su definición, se refiere a la propuesta y el alcance de metas en los planos económicos, medioambientales y sociales con la idea de que la voracidad del crecimiento económico no destruya el medioambiente y ponga en cuidado aspectos sociales tales como aquellos referidos directamente al bienestar humano. Este concepto no es nuevo y ya no solo las empresas giran en torno a él, sino una buena porción de la sociedad. Se trata se asegurar que, por cumplir objetivos meramente monetarios, no se destruya la fuente de este desarrollo, como lo es el medioambiente, de donde se extraen todos los recursos naturales, y se cuide de las personas, quienes son las que aportan las ideas y la fuerza de trabajo para que el desarrollo económico suceda. En pocas palabras, se trata de ser “sustentables” en el largo plazo, que nuestros hijos tengan un planeta al cual puedan disfrutar, y que puedan desarrollarse de la mejor manera posible. Es de aquí en donde toman relevancia temas como “calentamiento global” o “responsabilidad social empresaria” temas en boca de toda la sociedad desde hace bastante tiempo.
La F1 ha hecho pasos hacia estos objetivos. En términos medioambientales, si es aceptada esta perspectiva, los altamente discutidos motores híbridos (más adelante analizaremos el motivo) son un ejemplo. Mientras el mundo motor se mueve hacia una tecnología “verde” en donde las fuerzas motrices hibridas o eléctricas tomaron preponderancia, la F1 no podía quedar afuera de esta movida, aún más habiendo terminales automotrices volcando tanto dinero hacia esas tecnologías involucradas en la competición. Más allá de que nos guste o no, las unidades de potencia híbridas son altamente eficientes en todos sus sentidos, desde el recupero de energía para el llenado de baterías, hasta la entrega de potencia y torque. Menos combustible consumido, más recorrido, más potencia, más durabilidad. También son más caros y menos ruidoso, lo cual para el paladar “formulero” es un trago amargo, aun difícil de pasar. Que sea más caro, impacta directamente en el espectáculo. Los costos prohibitivos de investigación y desarrollo hacen que solo aquellos que mas dinero vuelquen vayan a ganar siempre y el tiempo en que aquel que haya sabido arrancar en punta sea alcanzado es largo y penoso para el espectáculo. Bueno o malo, terminales como Honda, Renault, Mercedes y Ferrari están detrás y pretenderán nivelar al más rápido lo antes posible. Eso sí, desembolsando millones mientras el espectáculo languidece en términos de competencia en pista.
En el aspecto social de la sustentabilidad, las iniciativas no han sido menos controvertidas que en el aspecto medioambiental. Recordemos por ejemplo el caso de la prohibición de las “grid girls”. Un esfuerzo de Liberty orientado a que la categoría este más alineada a la visión de la empresa intentando desvincular la imagen femenina de posibles connotaciones ofensivas a las que la misma pueda ser asociada al parar a mujeres con paraguas y ropa ajustada en la grilla de partida de los grandes premios. Nuevamente, y a pesar de que estemos de acuerdo o no, parece ser un acto de benevolencia en el cuidado de las personas. Sin embargo, por otro lado, hemos tenido la mayor cantidad de grandes premios en una sola temporada durante los dos últimos campeonatos (21). La cantidad de horas de trabajo (viajes, permanencia en circuitos, etc.) de las personas que componen los equipos ha aumentado sideralmente, llevándolo al límite de lo que puede ser soportado, alterando el balance trabajo-vida de todos ellos.
En el aspecto económico, quedan pocas dudas de que la F1 es un negocio fabuloso, que mueve millones de cualquier unidad monetaria, y que Liberty está dispuesta a explotar en todos sus aspectos.
De todas maneras, el concepto de sustentabilidad ya ha evolucionado y las metas son cada vez más exigentes, en donde todas las partes interesadas deben ser escuchadas. Las voces de estas, lamentablemente, no pueden ser oídas todas al mismo tiempo, y aquí esta el trabajo más difícil de Liberty. Para ser sustentable, todas las partes interesadas, las cuales en la F1 son muchas, tienen que tener sus necesidades satisfechas. Entre otras, algunas de ellas son, los equipos, los fabricantes de partes, los pilotos, la FIA, los promotores, la televisión y por sobre todo los fans, quienes hoy son los que muestran mayor descontento porque en pista no hay competencia ni imprevisibilidad, lo que aniquila el espectáculo. Liberty dio claros pasos para solucionar esto. Las modificaciones 2019 son un ejemplo, como también lo son los cambios reglamentarios de 2021, en donde varias partes fueron escuchadas, aunque no todas estén satisfechas aún.
En esta F1 moderna y democrática, las principales necesidades de las partes interesadas tienen que estar satisfechas para que la categoría logre ser sustentable y perdurar como competencia líder del automovilismo mundial. Liberty tiene que arbitrar los intereses encontrados de todas ellas y del éxito de esta acción dependerá el éxito de la F1.