Intentar llevar adelante una tesis de este tipo pareciera imposible. Deberíamos poder viajar en el tiempo y desplegar nuestras emociones al ver el paso de alguna Alfeta al mando de Farina o Fangio, alguna Ferrari con Ascari al volante, o un Cooper-Climax conducido por Jack Brabham, y porque no el majestuoso Lotus 25, bajo el control del omnipotente Jim Clark….Matras…Tyrrells y tantos otros coches que no tuve la suerte de ver, o mejor dicho, de sentir, para poder definir justamente el sentimiento, y sobre todo, que se piensa sobre esos pilotos que daban su vida para disfrutar de una pasión.

La F1, fue y será siempre el pináculo del automovilismo mundial. Pocos podrían objetar esto. Su historia se construyó alrededor de sentimientos como la pasión, el coraje y la gloria, pero también con ideas creativas, innovadoras, revolucionarias en la industria que permitieron llevar al deporte y al espectáculo hasta el punto en el que hoy se encuentra, le guste a quien le guste. La competencia se desplegó en todas las áreas. Las ventajas marginales se explotaron al máximo (y un poco más). Por ejemplo, recordemos qué pasó cuando los motores DFV eran usado por todos los equipos menos Ferrari, al final de los 70s. El Tyrrell de 6 ruedas, el efecto suelo o los motores turbo de Renault fueron la respuesta.

Nadie cede, nadie regala y el dinero tomó preponderancia. Sin billetes no se puede competir y la F1 no es, ni fue estándar. Para poder seguir su carrera “desarrollista”, la F1 necesitó de sponsors y esto marcó un nuevo hito en la historia de la categoría. Ya nada volvería a ser lo mismo. Cada vez se usa más dinero para ganar. Ganar lo es todo. Eso es F1. Luego podemos hablar de sustentabilidad, pero en otro artículo. Es cierto que algún limite debe haber.

Los pilotos fueron parte de esta evolución. Cansados de ver morir a sus compañeros delante de una multitud y en vivo, ante millones de espectadores que lo veían por TV en todo el mundo, ellos mismos comenzaron a reclamar por mayores medidas de seguridad. Sin embargo, algunas medidas siguen siendo discutidas. Muy largos periodos de safety car en carrera bajo lluvia, el halo, etc.… ¿Que significa que un coche de F1 sea más desafiante de ser conducido para un piloto? Los desafíos se presentan en varias versiones. Tal vez, hasta 1994 el mayor desafío haya sido sobrevivir. Coches indóciles, con habitáculos hostiles como los clasificara Nigel Mansell en su libro, peligrosos y que ponían en gran riesgo la seguridad de los pilotos, tal cual lo mencionara “Red 5” en varias ocasiones dentro del mismo libro. Sin embargo, Nigel, en esas páginas, justamente planteaba esa necesidad de desafiar aún más a los pilotos de hoy en su conducción mediante la remoción de ciertas asistencias que ayudan o le facilitan la tarea al piloto. En este sentido, la remoción de la asistencia en la largada jugó a favor del espectáculo. Hemos visto a Hamilton fallar en varias largadas en 2016, por ejemplo. Martin Brundle, otro piloto experimentado y que ha conducido coches de varias épocas de la F1, en su entrevista para el podcast oficial de la F1, “Beyond the Grid” aseveró que él elige a los coches modernos por sobre sus predecesores. Son rápidos y seguros. ¿Pero son difíciles de conducir?

Tuve la suerte de ver estas “bestias” muy de cerca y les puedo asegurar que el habitáculo es al menos claustrofóbico. La posición de manejo incomoda, y la cantidad de variables que debe administrar un piloto en esta F1 es inimaginable. La F1, en su camino, se transformó en el pináculo de la tecnología aplicada al automovilismo y el piloto, injustamente tal vez, ya no tiene el mote de “héroe” por conducir estos coches. Cambiaron los tiempos, cambiaron los desafíos, cambió la F1 y sinceramente, a mí me gusta. Hay que ver al piloto como un administrador de recursos, tales como neumáticos, combustible, frenos, etc., mientras conduce un coche de 1000HP a velocidades que llegan en algunos puntos a 350km/h. Es verdad que estos no parecieran ser los pilotos con los que creció la F1, que serían otros, jóvenes con más experiencia en simuladores que en pista, pero cuidado amigos, la F1 ha cambiado también.  Estos muchachos (y ojalá pronto muchachas) conducen lo que les dejan conducir. ¿Vale la pena volver el tiempo atrás o hay que aggiornarse? ¿Cuál es el balance?