Todo explotó en 1989
Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo sobre lo que sucedió en McLaren aquel año. Sin embargo, Motorlat tuvo acceso a los detalles de los acontecimientos de la mano de Jo Ramírez, Coordinador de Pilotos por aquel año en el equipo de Woking, quien estuvo presente en el podcast el domingo 12 de abril.
Luego de la segunda largada del Gran Premio de San Marino de 1989 provocada por el duro accidente de Berger con su Ferrari en Tamburello y apenas pasada esa misma curva, Senna giraba su volante a hacia su izquierda y aprovechando el rebufo del auto de Prost, quien lideraba hasta ese punto la carrera, se ponía a la par del francés, rompiendo así un pacto de caballeros establecido previo a la carrera. Pues nadie se podía pasar antes de la Tosa, una curva a la izquierda de gran frenada, justo después de la variante Villineuve, lugar recordado por ser la curva en donde perdiera la vida Roland Ratzenberguer.
Jo despeja toda duda, el pacto debía seguir luego de la segunda largada, la lucha comenzaría después de la Tosa. Senna desobedeció. Prost enfureció. No había vuelta atrás. La grieta se hizo muy notable y ni el bueno de Jo ni el liderazgo de Ron Dennis podían remediarlo.
Senna llegó a McLaren en 1988 por ser el mejor y en McLaren debían estar los mejores pilotos. Ron había intentado tenerlo antes, pero Lotus había ofrecido más dinero y Ayrton allá fue. El mundo comenzó a ver de lo que era capaz mucho antes de la F1, pero en Lotus ganó sus primeras carreras, el paso a McLaren era para su consagración. Del otro lado lo esperaba nada más ni nada menos que Prost, un doble campeón del mundo al momento, con un nombre hecho en la historia de la F1, pero que, de alguna manera, no era el futuro de la escuadra de Woking. Con el arribo de Senna, también había llegado el futuro, según nos deja entender Ramírez. Tal vez lo sucedido en la Tosa haya sido solo la expresión (o la explosión) de esos sentimientos y emociones.
El punto culmine de esta rivalidad aquel año llegó en Suzuka, en el marco del Gran Premio de Japón, celebrado el 22 de Octubre de 1989. Senna había trabajado su acercamiento a Prost, el puntero por el momento, y en la vuelta 40 se había puesto a un segundo de distancia del francés. El MP4/5 era un coche que disfrutaba de mucha superioridad sobre el resto y de una gran paridad entre ellos. Así lo reconocía Jo. Entonces el piloto era una variable importante. Prost y Senna tenían estilos distintos, antagónicos. Senna representaba el “todo o nada”, Prost “lo necesario para ganar”. En aquella chicana luego de la 130R en el circuito japonés no solo los MP4/5 chocaron, sino que también los estilos. Si bien Jo no lo contó (nadie se lo preguntó), se sabe que Prost venia levantando para que Senna se acerque y con el aire sucio desgastara sus neumáticos nuevos. Alain había visto de lo que era capaz Senna en 1988, luego de aquella histórica remontada y posterior celebración de campeonato en el mismo escenario nipón. Senna, fiel a su estilo, vio el hueco y fue por él. Prost, fiel al suyo, se lo cerró.
Como nos contaba Jo en el podcast, y como el mismo le dijera a Prost luego de la carrera, en el aeropuerto de Narita, Tokio, Alain había cometido dos errores en esa carrera. El primero fue cerrarle el paso a Senna, pues Jo entendía que el brasilero no iba a ser capaz de tomar esa chicana correctamente y el francés retomaría la punta. El segundo fue bajarse del coche. Finalmente todo se definiría de la política, luego de arduas discusiones en el control de carrera.
Jo nos explicó que ambos coches eran iguales, no había diferencias técnicas. No había favoritismos dentro del equipo. Pero tal vez Alain contaba con ciertas ventajas fuera del mismo. El apoyo de Balestre, presidente de FIA por aquel entonces, era innegable, sobretodo en la definición del campeonato de 1989. También en las definiciones de la FIA fueron determinantes en la conclusión del campeonato de 1990, aunque no saliera como Jean Marie hubiese querido. Por otro lado, Prost tenía mucha llegada con la prensa francesa quien era más “abultada” que la brasilera. Alain supo cómo manejarla (¿?) para dirigir sus “dardos” hacia Ayrton. Por otro lado, Senna tenía una muy relación con la marca Japonesa Honda, es que el estilo de conducción del brasilero dependía mucho del motor. Senna explotaba al máximo la potencia del RA109-E, 3,490cc, necesitaba el apoyo de Honda, y lo tenía.
1989 va a ser un año que quedará en el recuerdo y en la historia de la F1. Todos vimos como la rivalidad entre dos de los pilotos más grandes la historia escalaba hasta un punto de máxima rispidez. Era el choque de dos titanes, de dos estilos, de dos formas de conducción. En definitiva era el choque de dos campeones que tenían lo necesario para hacerlo. Senna vs. Prost, Prost vs. Senna.