Oficialmente, la temporada 2018 ha llegado a su fin y desde Dorna y la FIM se ha cambiado la forma de conseguir la pole. Al principio, no se tenía previsto ningún cambio en el planteamiento de las sesiones; tras el GP de Malasia se les dio a los equipos una nota informativa mediante la cual, se les hacía saber a los equipos que todo iba a seguir tal y como anteriormente; es decir: las tres sesiones de entrenamientos libres y un único entrenamiento clasificatorio, válido para determinar mediante los cronos las posiciones de parrilla de salida de cara a la carrera del día siguiente.

Por tanto, les ha pillado por sorpresa el nuevo cambio mediante el cual, se adapta el formato de MotoGP, con Q1 y Q2, con la finalidad de favorecer seguridad y eliminar comportamientos innecesarios que pueden ser peligrosos en ambas categorías, tal y como hemos yendo viendo en estos años, viéndose incrementados durante este último. Ahora bien; ¿es positivo este cambio de cara a las categorías inferiores?

Hemos comprobado que en la categoría reina, es un formato que funciona y que incluso, llega a agilizar la clasificación.

Puede llegar a ser positivo si pensamos la gran cantidad de pilotos que hay en las dos categorías inferiores, ya que el número de pilotos es superior que en MotoGP, puesto que se facilita el tráfico, ya que, por ejemplo, en la Q1, no participarían todos los pilotos y no sería necesario ir tan al límite, evitando de esta forma caídas innecesarias e incluso, lesiones.

Por otra parte, es positivo también porque los entrenamientos libres cuentan, haciendo que todo el esfuerzo del fin de semana se vea reflejado en los tiempos primeramente y, con más necesidad, en el posicionamiento de parrilla.

En definitiva, este nuevo formato tiene cosas positivas, y puede ayudar al buen funcionamiento de todas las categorías ya que se ha impuesto en todas las del campeonato; ahora sólo falta adaptación para que, con el tiempo, veamos confirmado que es efectivo.