Si los circuitos que tenemos en el calendario mundialista son oro puro, tal vez pronto añadamos una joya más a la corona, y es que se están barajando una serie de posibilidades para que el circuito de Spa, situado en Bélgica, vuelva a ser una de las pruebas del campeonato mundial de motociclismo.

Hoy sabemos con total certeza que el proyecto para que esto ocurra está en marcha desde que hace dos años atrás Nathalie Maillet, directora del circuito mencionado anteriormente, se reuniera con Ezpeleta para barajar esta posibilidad. Podemos afirmar con total seguridad que se está trabajando en ello y que hay un presupuesto sobre la mesa de nada más y nada menos que 29’5 millones de euros.

Con este presupuesto se pretende adecuar el circuito a las exigencias de la FIM; un circuito que tiene ya una edad, y es que se construyó a finales de los 70 y se ha estado disputando en él hasta el 1990.

Es considerado un circuito con gran peligrosidad para los pilotos por las grandes velocidades que aquí se pueden alcanzar, de hecho, fue Sheene en este mismo trazado el que consiguió hacer la vuelta más rápida de la historia, con una velocidad de más de 220 km/h.

El objetivo fundamental es modificarlo para que esté listo para la competición de cara al 2022, volviendo así al campeonato después de casi treinta años.

Una de las posibles vías que se tomarán será la de hacer un doble circuito, un aspecto que ya está considerado en otros circuitos y funciona muy bien. Lo que se consigue con ello es que haya dos trazados en uno; dos circuitos distintos, uno para MotoGP y otro para Fórmula 1, haciendo así que sea mucho más sencillo todo.

Lo que sí hemos de tener en cuenta es que el principio fundamental es el de volver a devolverle esa seguridad que una vez hizo que dicho circuito dejara de funcionar como era debido, obligando a que el campeonato mundial, así como el resto de campeonatos del mundo de las dos ruedas prescindiesen de correr aquí.