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Un balance recubierto en plata

La temporada 2019 de la Fórmula 1 comenzó en Australia el 15 de marzo, con pocas novedades en los monoplazas respecto al pasado año. Desde el comienzo todo parecía apuntar a que Mercedes dominaría de principio a fin el presente año.

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Un balance recubierto en plata
Fuente imagen: Jerry André MotorLat y Google

Un balance recubierto en plata

La temporada 2019 de la Fórmula 1 comenzó en Australia el 15 de marzo, con pocas novedades en los monoplazas respecto al pasado año. Desde el comienzo todo parecía apuntar a que Mercedes dominaría de principio a fin el presente año.

Lo que faltaba corroborar era si luego de los test en Barcelona podían prevalecer ante cualquier adversidad. Y así fue. Las flechas plateadas han dominado toda la temporada, sobre todo la primera mitad de ésta. Han ganado en todos los circuitos antes de las vacaciones de verano de la F1, excepto en Austria y Alemania dónde lo hizo Max Verstappen con Red Bull.

Para entender un poco más de esto intentaremos desglosar como fue el año de la escudería alemana. Vale aclarar que el equipo comenzó el 2019 como terminó el 2018, ganando.

 

La primera mitad: Desde Melbourne Park hasta el Hungaroring

Logró siete uno-dos en 12 Grandes Premios de los cuales 5 de ellos fueron en las primeras 5 carreras y dieron cuenta de su brutal dominio. Los alemanes, efectivos por definición, cuando todo va bien son inalcanzables, cuando no, minimizan daños y saben estar para aprovechar los fallos de sus rivales sumado a la cuota de suerte que hay que tener para llegar a lo más alto. En esa mitad de temporada la escuadra de Brackley tuvo dos carreras malas y de ambas se recuperó a la siguiente con un triunfo. Tanto el equipo como Lewis Hamilton tuvieron una soberbia ventaja en los dos campeonatos, solamente faltaba saber si Valtteri Bottas tenía algo para demostrar en la segunda parte del año.

Al GP de Australia Valtteri llegó renovado y decidido a plantar batalla a su compañero de equipo, hizo la pole, ganó la carrera y marcó la vuelta rápida. Hamilton, segundo. En Bahréin, ni Hamilton ni Bottas estaban para ganar, pero se acomodaron a la distancia suficiente para sacarle máximo provecho a la falla en la Ferrari de Leclerc (un cortocircuito en la unidad de control del sistema de inyección) y el británico consiguió la primera de sus 8 victorias logradas en la primera mitad. Lewis se impuso con autoridad en la carrera número 1.000 de la Fórmula 1 en China, Bottas le devolvió la cortesía en Azerbaiyán y en España el campeón del mundo, que perdió la pole por amplio margen, en carrera estuvo en modo “Hammertime” y dejó sin opción a Bottas. Con cinco dobletes y el máximo de puntos posibles (excepto los de las vueltas rápidas) el equipo de Toto Wolff tuvo un inicio de año demoledor.

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Al llegar a Mónaco se cortó la racha de 1-2 de Mercedes. Hamilton le sacó la pole a Bottas por 86 milésimas y ya en carrera tuvo que batallar más de la cuenta por un error estratégico de Mercedes. Con Verstappen presionándolo, Lewis tuvo que plasmar en pista todo su repertorio y soportar con neumáticos medios más de 60 vueltas para conseguir su cuarta victoria de 2019. Bottas se complicó en pits con el Verstappen y finalizó cuarto. En Canadá, el finlandés volvió a terminar cuarto, mientras que Hamilton se quedó con el triunfo tras la recordada y polémica penalización a Sebastian Vettel.

El británico consiguió en Francia (la carrera más aburrida del año) su sexta victoria, la cuarta de manera consecutiva esta temporada. Hamilton se floreó en Paul Ricard, sin errores y con un ritmo insaciable dejó a Bottas atrás por 18 segundos. En Austria ambos coches teutones tuvieron un día difícil tras las altas temperaturas y la altura en el Red Bull Ring (problemas de refrigeración a consecuencia del diseño de su monoplaza). Valtteri pudo salvar el último lugar del podio y Hamilton fue quinto. En Silverstone ambos pilotos pelearon duro por la victoria, pero tras la entrada del Safety CarLewis con su velocidad aprovechó la oportunidad que se le presentó para doblegar a un Bottas que vendió cara su derrota.

En Alemania Mercedes celebraba su Gran Premio 200 en F1. Lo que parecía una fiesta se convirtió en angustia. Tras tener controlada la carrera en la primera parte, en la vuelta 29 empezó la debacle. Hamilton se salió de pista, tuvo que ir a pits y allí estuvo casi un minuto ya que el equipo no estaba listo para su entrada, además fue penalizado. Y fue relegado a las posiciones fuera de puntos, pero luego se corroboró que ambos Alfa Romeo tenían una anomalía en el funcionamiento del embrague con lo cual Hamilton ascendió al noveno puesto sumando tan solo 2 puntos. Para Bottas no fue mejor y terminó chocando giros más adelante. Llegando al parate en Hungría, Hamilton sacó a relucir todas sus virtudes y atacó a Verstappen en la primera parte de carrera, pero fue una movida estratégica del equipo a 22 vueltas del final la que le dio el triunfo, su octavo del año. Valtteri siguió con su mala racha y tras tocarse primero con Lewis y luego con Leclerc en la primera vuelta tuvo que remar desde la última hasta la 8° posición.

Hasta acá el balance daba que de 12 carreras, Mercedes, ganaba 10. Faltaba develar si Ferrari podía hacerle un poco de sombra a los alemanes y en particular a Hamilton quien no cedió ante la presión de Bottas que había comenzado de buena manera el campeonato. Todo indicaba que los teutones mantendrían la hegemonía de la era hibrida.

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La segunda mitad: Desde Spa Francorchamps hasta Yas Marina

Hasta el parate estaba todo teñido de color plata, pero se comenzó a teñir de rojo cuando en Bélgica empezó a sorprender el equipo italiano colocando a sus 2 pilotos en lo más alto. Lograban sendos primeros puestos en todos los libres y en la qualy. En la carrera los Mercedes lograron amainar un poco el dominio de los coches rojos y alcanzaron un segundo puesto con Hamilton y tercero, Bottas. El monegasco Charles Leclerc volvía a demostrar porque lo habían contratado en Ferrari.

Para la fecha 14 en Monza se volvía a repetir la ecuación, amplio dominio de los italianos esta vez en su casa. Durante la mayor parte de la carrera, parecía que Lewis volvería a negarle la gloria de Ferrari en su casa. Pero una vez que los neumáticos del cinco veces campeón (hasta ese momento) se desmadraron en los momentos finales de la carrera, le tocó a su compañero de equipo, Bottas, lanzar un ataque en el ocaso de la carrera y finalmente improductivo contra Leclerc. Por lo tanto, Bottas llegó en segundo lugar, mientras que Hamilton completó el podio.

Ya para el comienzo de la gira asiática, Singapur, fue un parto para Mercedes. Otro dominio de las Ferrari que comenzaban a hacer dudar a la escuadra germana. Entre que el circuito no los ayudó y las varias salidas del Safety Car las flechas de plata apenas alcanzaron un cuarto y quinto puesto debido a la mala estrategia del equipo con Hamilton. Valtteri tuvo que hacer vueltas más lentas para dejar que el inglés lo supere en su salida de pits y así llegar lo más alto posible. Se veía venir la marea roja.

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Para el GP de Rusia todo volvía a acomodarse para Mercedes con la fortuna del equipo campeón. Tras la pelea en pista de los hombres de Ferrari y el posterior abandono de Vettel que generaba la entrada del auto de seguridad, Hamilton aceptó la orden de su equipo de estirar su stint con los neumáticos medios. Cuando ingresó a pits a poner los blandos consiguió salir por delante de Leclerc. Esto finiquitó las chances del monegasco y Mercedes retomaba la senda ganadora con su octavo 1-2 de la temporada. Hamilton primero y estiraba la ventaja sobre Bottas (2°) a 73 puntos que es el equivalente a 3 GP cuando solo restaban 5.

La fecha 17 se disputaba en Japón. Los errores de Ferrari lo privaron de una victoria tras salir desde la primera línea de carrera en la largada aunque Vettel pudo aguantar el segundo lugar ante la insistencia de Hamilton, que culminaba tercero y se acercaba a otro título mundial. Con este resultado Mercedes lograba el título en el campeonato de constructores. El sexto en la era híbrida. Rey absoluto.

Gira americana, carrera en el circuito Hermanos Rodríguez en la ciudad de México. Hamilton llegaba con chances claras de lograr el sexto título de su carrera y quedar a uno solo del alemán, Michael Schumacher. La carrera fue intensa con complicados cálculos de estrategia, pero en resumen, Ferrari y Mattia Binotto vendieron las opciones de triunfo de Leclerc (líder en la vuelta 17) para dárselas a Vettel, al que, hasta ese momento, había que rehabilitar como sea. Leclerc era primero, Vettel segundo y Albon tercero antes de la primera parada de Charles. Y el final de carrera fue un doble podio para Mercedes, con Hamilton primero y Bottas, tercero. Solo quedaba a 4 puntos de ser séxtuple campeón mundial de F1.

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El circo llegaba a Estados Unidos al circuito de las Américas en Austin, Texas. La cuarta victoria de Valtteri Bottas de la temporada en el GP no fue suficiente para negarle a su compañero de equipo de Mercedes, Lewis Hamilton, el sexto título mundial histórico. El británico terminó la carrera en segundo lugar, evitando un ataque tardío del Red Bull de Max Verstappen. Llegaba el noveno 1-2. Tan perfecto como azaroso.

Con el campeonato definido la Fórmula 1 se mudaba a Interlagos, unos de los míticos circuitos del calendario. Ya con los hombros alivianados Hamilton se dedicó a hacer una carrera tranquila. En el medio de esto, otra debacle de Ferrari. Bottas debía abandonar en la vuelta 52 por un problema en su unidad de potencia. Hamilton veía las chances de podio alejándose y a falta de 2 vueltas tuvo un incidente con su predecesor, Alex Albon. Esto le ocasionó un retraso al tailandés y la posterior sanción a Lewis. Finalmente, cayó al séptimo puesto.

El desenlace de este cuento bañado en plata arribó al circuito Yas Marina para cerrar un año entretenido para la F1, pero con consecutivo trofeo para la marca alemana. Para que no quepa más duda, Hamilton se alzó con el triunfo y demostró porque es el campeón que es. Undécima victoria de la temporada y baño de champagne completo. El equipo lograba el 100% de victorias en este circuito desde la creación de era hibrida.

También significó que Hamilton empató el récord de su máximo ídolo, Ayrton Senna, para la 19° victoria de su carrera lograda de punta a punta. Bottas largó desde el fondo de la parrilla por la penalización tras el cambio de motor. Arribó en el cuarto puesto.

 

Así cierra un año más Mercedes que comenzó aplastante hasta el parón de verano. Luego de un relanzamiento arrollador de Ferrari, siempre se mantuvo a la vanguardia esperando errores ajenos y consolidando virtudes propias. Cuando no era por mérito propio aprovechó las falencias de los rivales.

Mercedes no falla a la hora de definir. Hamilton es el piloto que logra, perfectamente, la fusión entre el equipo y sus objetivos. Por algo llegó a lo más alto y no va a parar hasta ser el rey absoluto de la Fórmula 1.

 

 ¿Qué decir de Bottas? Perfecto escudero para un ganador nato como Lewis. No le va a hacer sombra, pero es justamente lo que pretende sacarle Mercedes. Un tipo frío y calculador que acepte órdenes y sepa perder en favor del equipo o Hamilton.

La era hibrida es infinitamente plateada. Como decía el político italiano Galeazzo Ciano: “La amabilidad de los alemanes es inversamente proporcional a su éxito”.

 

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