Durante la jornada de viernes el pasado GP de Estados Unidos, se presentaba, después de más de dos años de lucha, reuniones y cambios de opiniones del Grupo de Estrategia, la versión definitiva de la Reglamentación de la Fórmula 1. Una normativa que ha sido un quebradero de cabeza para sus creadores e impulsores, especialmente por las reticencias del Grupo de Estrategia, donde cada equipo siempre votó las medidas esenciales según su propio interés o lo que el motorista que les suministra orquestara.

Entre estos impedimentos, uno de los escollos que parecía más difíciles de superar era la Scudería Ferrari. La escuadra italiana, por su estatus de ser el más antiguo de la parrilla, tiene una posibilidad de veto sobre cualquier cambio en la normativa.

Sin embargo, era el propio equipo de Maranello, a través de su director ejecutivo, Louis Camilleri, quienes aseguraban estar a favor del rumbo que toma el Gran Circo a partir de 2021, y que no veían necesidad de usar ese veto para derogarlo o cambiar esta decisión.

"Creo que lo que se anunció a lo largo del fin de semana realmente es el principio del proceso. No es ni el final del principio. Hay todavía bastante trabajo que hacer junto con la Fórmula 1 y la FIA, igual que con los equipos"

"Hemos votado a favor y no hemos ejercido nuestro derecho a veto. Así que, en general, estamos satisfechos con la dirección de la Fórmula 1 y con los principios expuestos, pero claramente todavía hay muchos detalles por limar", eran las palabras utilizadas por Camilleri para confirmar su apoyo a la nueva F1, en una videoconferencia publicada por MotorSport Week.com.

No fue fácil, a pesar de todo, conseguir este punto de entendimiento. Ferrari siempre se mostró reticente a ciertas medidas clave del nuevo reglamento, como es el caso del techo presupuestario. Contra todo pronóstico, su postura original ha ido cambiando hasta convertirse en fiel defensor y proponer aplicarlo también a la inversión en el desarrollo de los motores.

"El techo presupuestario se refiere sólo a ciertos elementos del coche actual, el mejor ejemplo es que el motor no es parte del techo presupuestario. Nosotros creemos que para ir hacia delante, esperamos que haya un techo presupuestario para el motor"

Estas medidas obligarán a Ferrari a trabajar con la mitad de recursos y renunciar ese presupuesto ilimitado que ayuda a mantener cierta ventaja sobre gran parte de la parrilla, pero parece ser que el objetivo principal por lo que Ferrari quiere respetar el futuro adoptado por la FIA y Liberty es puramente económico. En términos sencillos, una F1 más barata e igualada ayudará a conseguir más repercusión, y especialmente mayor patrocinio a menor coste del que actualmente tiene que acarrear cualquier empresa que quiera promocionarse en este deporte. En definitiva, la suma de estos dos factores resultará en mayor beneficio para la marca.

"Se ha limitado el uso del banco de pruebas, que es una parte muy cara. Una gran parte de nuestros ingresos vienen de los patrocinios, así que la Fórmula 1 se vuelva más entretenida y que atraiga a más aficionados hará que se generen más ingresos, lo que beneficiará a todos los equipos, incluido Ferrari"