El equipo Haas volvió a sufrir un fin de semana decepcionante en el Gran Premio de Bélgica. La falta de velocidad punta y la mala gestión de neumáticos volvieron a jugarle una mala pasada a Grosjean y Magnussen.

El equipo americano llegaba a la primera carrera tras el parón veraniego con incertidumbre pero con optimismo. Después de realizar varias carreras con dos configuraciones de chasis distintas, se decantaron finalmente por la versión actualizada y lo apostaron todo a esa mejora aerodinámica, y confiando en que el trazado de Spa encajaría bien con su velocidad gracias a su motor Ferrari.

Tras la clasificación todo hacía presagiar que tendrían una buena carrera, ya que una sexta posición de Magnussen para la parrilla del domingo levantaba el ánimo de la escudería. Pero en carrera, nada más lejos de la realidad.

Una vez más, la gestión de los neumáticos resultó desastrosa, y tras las primeras diez vueltas, ambos pilotos se veían obligados a defender sus posiciones con escaso éxito. Kevin Magnussen fue el principal damnificado por este motivo. El piloto danés mostraba su descontento al término de la carrera afirmando que les resultaba imposible predecir el comportamiento de los neumáticos en carrera y en diferentes pruebas del calendario.

 "No hay forma de que puedas saber estas cosas. Es totalmente aleatorio. No será lo mismo en la próxima carrera. Estos dos neumáticos no funcionaron en absoluto en Hungría y estábamos nerviosos por ello para esta carrera. Estábamos más contentos con el C3, y en la carrera fue todo lo contrario. Así que se está volviendo frustrante", comentaba Magnussen para GPToday.net. "Cuando no entiendes tu rendimiento es muy aterrador y desconcertante. No es que creamos que podemos aprender algo para la próxima carrera. Parece que estos neumáticos son totalmente aleatorios. Y parece que tenemos problemas mucho más grandes que cualquier otra persona, y no sabemos por qué".

Además, tras la parada en boxes tardía para intentar atacar a sus rivales con neumáticos más desgastados, se presentó un nuevo problema. Con el nuevo chasis habían mejorado el paso por curva, pero había aumentado el drag. Los pilotos de Haas no podían aprovechar la potencia de la que dispone su motor Ferrari, y por el contrario, perdían velocidad en recta contra sus rivales directos y les resultaba imposible adelantar. Grosjean afirmaba sentirse muy frustrado con esta circunstancia:

"Tuvimos un gran comienzo, el coche estaba funcionando muy bien al comienzo de la carrera. Estaba muy contento con el monoplaza y abriendo diferencia. Pero más tarde caímos detrás del Renault de Ricciardo. Estaba luchando tan fuerte como podía, pero simplemente, no tuvimos oportunidad de adelantar a Daniel. Tuvimos demasiado drag y poca velocidad punta. Estaba contento con mi estilo de conducción y con el coche, estás constantemente peleando, pero es muy difícil haber estado en la sexta posición para luego acabar en la decimotercera plaza. Es una sensación difícil no poder hacer nada".

En cualquier caso, los problemas del equipo Haas se suceden a pesar de las mejoras introducidas para la segunda mitad de año. A la irregularidad de los pilotos se une las carencias de un coche que está lejos del nivel demostrado el año pasado, aunque los resultados se asemejen. A los pilotos se les empiezan a acabar las oportunidades y el equipo no logra obtener la seriedad que se merecen por su dificultad para rematar los fines de semana. Veremos cómo transcurre la segunda mitad de temporada y si consiguen meterse de lleno en la lucha por las