El equipo Haas vive rodeado de problemas de todo tipo esta temporada. Al margen de los problemas con su principal patrocinador, el rendimiento de su coche en pista dista mucho de ser perfecto. De ser el mejor coche del resto de la parrilla la temporada pasada, a tener uno de los peores ritmos en carrera debido a un excesivo desgaste de neumáticos y no conseguir encontrar su ventana de funcionamiento adecuada.

Las primeras carreras de la temporada fueron muy frustrantes para el equipo americano por este motivo, ya que, aunque tenían mucha velocidad en clasificación, se desplomaban en carrera y se quedaban fuera de los puntos.

Esto hizo que, para la primera carrera europea, en Barcelona, introdujeran una mejora areodinámica para solucionar esos problemas de degradación extrema. Lo cierto es que, en aquella carrera en suelo español, parecía que habían conseguido paliar esos problemas y estaban peleando por puntos, pero una pelea con posterior toque entre los dos compañeros de equipo acabó con las esperanzas de un buen resultado.

Desde aquella carrera, la escudería Haas anda perdida y sin rumbo, y solo un par de buenos resultados de Kevin Magnussen mantienen la moral del equipo. La actualización de Barcelona parece haber quedado en un espejismo y los puntos no llegan.

Es por esto que Haas decidió montar en el pasado Gran Premio de Gran Bretaña un coche con la primera versión del monoplaza y otro con la versión actualizada, para comparar en pista cuál era el rendimiento real de cada versión y comprobar si iban en la dirección correcta o si tenían que dar un paso atrás.

Esta prueba quedó anulada en la primera vuelta de la carrera. Curiosamente, o no, un nuevo toque entre Grosjean y Magnussen hizo que ambos coches tuvieran que retirarse y no pudieron llegar a ninguna conclusión.

Para la próxima prueba en Alemania, la escudería estadounidense ha decidido volver a realizar este experimento. Romain Grosjean volverá a montar la especificación de inicio de temporada y Kevin Magnussen la versión actualizada.

De nuevo, el objetivo es comprobar cuál de las dos versiones hace trabajar mejor los neumáticos, encontrando mejor ritmo y menor desgaste. El monoplaza de Magnussen contará además con nuevas actualizaciones incluidas para este Gran Premio.

Guenther Steiner, jefe del equipo, explicaba de esta manera la razón de este experimento:

"Decidimos hacer este ejercicio para obtener datos y comprender mejor cuál es la diferencia entre los dos coches, ya sea bueno o malo, luego podemos ver dónde podemos hacer mejoras. No estábamos seguros de si la actualización que presentamos en Barcelona fue mejor o no. Estamos probando esto nuevamente en Hockenheim, que es una pista distinta, con temperaturas mucho más altas y, como todos sabemos, no pudimos obtener muchos datos de la carrera en Silverstone de cualquiera de los coches ".