Verstappen y Leclerc protagonizan un duelo para el recuerdo
Tras el duelo en Austria, se volvió a repetir la batalla entre estos jóvenes y talentosos pilotos, demostrando una vez más que son el futuro de la fórmula 1 y que su rivalidad puede marcar una época. verstappen admite que fue un gran duelo, aunque insinúa que Leclerc fue muy duro en su defensa debido a las cicatrices que le dejó el reciente duelo en el pasado Gran Premio.
El Gran Premio de Gran Bretaña del pasado fin de semana, como ya hiciera el anterior Gran Premio austríaco, nos brindó un auténtico y necesario espectáculo sobre la pista. Una de esas carreras poco frecuentes últimamente pero que solo con verla hacen olvidar los malos tiempos que vive el Gran Circo.
Y en el epicentro, una vez más, las estrellas del futuro. Max Verstappen y Charles Leclerc completaron un fin de semana realmente bueno y una carrera impecable. Estos dos pilotos nos regalaban uno de los mejores duelos de la temporada, y volvían a marcar el camino sobre lo que puede ser la mejor rivalidad generacional que veremos en mucho tiempo.
Leclerc comenzaba la carrera con un juego de neumáticos más blandos para intentar atacar a los Mercedes en las primeras vueltas, pero los pilotos de la escudería alemana resultaban inalcanzables y el monegasco veía comprometida su estrategia debido a su mayor desgaste con respecto a los pilotos de Red Bull que le perseguían, especialmente Max Verstappen.
El piloto de Ferrari empezó a sufrir degradación en los neumáticos. Fue entonces cuando el holandés vio su oportunidad y se lanzó a la caza del coche rojo por el tercer escalón del pódium, pero Leclerc no iba a dar su brazo a torcer. Una vez aprendida la lección de Austria, se aferró a esa posición como si le fuera la vida en ello, cerrando todas las puertas y no dejando ni un metro para que el piloto de Red Bull pudiera meter el coche.
El Ferrari aprovechaba su gran velocidad punta para mantener detrás al Red Bull en las zonas de DRS, y cuando llegaban las curvas el chasis de Red Bull y las manos del holandés entraban en juego y no se despegaba del difusor de Leclerc.
Llegaban las paradas en boxes. Pierre Gasly, demostrando por fin buen ritmo, adelantaba a Vettel y acto seguido entraba a boxes, ya que estando a menos de dos segundos de Leclerc y Verstappen podía buscar el "undercut". Para evitar sustos, paraban Leclerc y Verstappen en la vuelta siguiente. Red Bull realizaba la parada más rápida de la historia de la Fórmula 1 y le levantaba la posición al de Ferrari en plena calle de boxes, pero la falta de agarre y los nervios le jugaron una mala pasada al holandés. Entraba colado en la curva 3, y Leclerc, rabioso y dispuesto a no regalar nada, metía de nuevo el coche sin pensarlo y recuperaba la posición.
Esta vez, el mismo Safety Car que otras veces suplicamos que aparezca en escena para salvar una carrera soporífera, acabó con esta magnífica lucha, ya que el acierto del equipo austríaco de parar a Verstappen para cambiar neumáticos por segunda vez pilló desprevenido a Ferrari, que incluso hizo parar antes a Vettel que al piloto que tenían en pódium. Vettel se posicionaba tercero, Verstappen cuarto, Gasly quinto y Leclerc sexto tras el Safety Car.
El monegasco realizó un adelantamiento magistral por el exterior a Pierre Gasly, lo que le colocaba quinto. Unas vueltas más tarde, Verstappen adelantaba a un perdido y falto de ritmo Vettel que, en un desesperado intento de recuperar la posición, frenaba demasiado tarde y se llevaba puesto al de Red Bull. Verstappen conseguiría terminar quinto a pesar de todo, mientras que el alemán terminaba decimoquinto, doblado y hundido. Ironías del destino, Leclerc recuperaba la tercera posición perdida por el fallo estratégico.
Tras la carrera, Max Verstappen comentaba que no veía conductas antirreglamentarias por parte de Leclerc en la defensa de su posición. El piloto de Red Bull afirmaba que había sido una lucha limpia, a la vez que bromeaba en parte con la idea de que la defensa había sido tan fuerte porque Leclerc no había olvidado lo sucedido en el pasado Gran Premio de Austria, cuando Verstappen le arrebató la primera posición en las últimas vueltas después de un adelantamiento con toque muy al límite del reglamento: "Creo que todavía estaba un poco dolido por lo que pasó en Austria, por lo que defendió muy duro, pero está bien, estoy a favor de eso”
"No quería correr demasiado riesgo en esas batallas para no dañar el coche, porque sabía que éramos bastante más rápidos. Sólo necesitaba elegir el momento, pero afortunadamente, el equipo lo hizo por mí con una buena estrategia, y luego todo se veía bien, por supuesto, para un buen resultado ".
El holandés también afirmó que no había sido capaz de adelantar a Charles Leclerc debido a la diferencia de velocidad punta con el Ferrari en recta:
"Tenían la velocidad máxima suficiente para mantenerse delante de nosotros, y en esos momentos mi batería no estaba lo suficientemente cargada, así que solo teníamos que esperar el momento adecuado".
"Sería bueno, sí. Creo que fue una buena carrera", contestaba Verstappen a la pregunta sobre si le parecía bien que se siguieran permitiendo luchas así en favor del espectáculo.
Lo cierto es que fue una lucha al límite, cuerpo a cuerpo y sin ceder un centímetro en el asfalto, pero por encima de todo predominó la elegancia y la limpieza. Hacen falta muchas más batallas así, la Fórmula 1 lo necesita. Estos dos pilotos parecen dispuestos a brindarnos muchas de ellas, y este es el camino a seguir por parte de la FIA. El espectáculo por encima de todo.