El desplome cumbre de Ferrari

Scuderia Ferrari es sinónimo de Fórmula 1, también de velocidad, prestigio, victoria, orgullo y más, pero últimamente también se ha comenzado a asociar con adjetivos negativos entre los que destacan, problemas, decepción y derrotas. El gigante, máximo representante al menos histórico de la categoría, se encuentra hoy sumido en un hoyo profundo del que no parece tener ni siquiera suficiente claridad para salir. Lo más triste es que en un abrir y cerrar de ojos, pasamos del Hamilton vs Vettel al "Fuera Binotto" y la vergüenza en Maranello.

Batalla contra Mercedes

Las temporadas 2017 y 2018 fueron las últimas que se pueden recordar con un alto nivel del equipo italiano, de igual manera, fueron las últimas con Kimi Räikkönnen y Sebastian Vettel como compañeros de equipo. Luego de un 2016 sin ninguna victoria, Ferrari repuntó principalmente en la primera parte de la temporada, donde el piloto alemán lideró el campeonato mundial individual y el escenario prometía un gran año en el campeonato, por su parte el finlandés, obtuvo algunos podios y buenos resultados que sumaron importantes puntos para el mundial de constructores principalmente.

La segunda parte del 2017 fue amarga para la Scuderia, pues la dupla tuvo cuatro abandonos, algunos por fallas de motor, que llevaron a la finalización de Vettel en el segundo lugar del campeonato de pilotos, detrás de Hamilton, Räikkönnen en cuarta posición del mismo y el equipo en el segundo lugar general de la tabla de constructores.

El siguiente año, fue bastante similar, la lucha por el liderato individual continuó entre Vettel y Hamilton, el primero tenía la delantera por muy poco, pero fue un abandono en su gran premio de casa, el de Alemania, lo que le devolvió a su rival la punta en la lucha, que él mismo sellaría carreras después en México. A diferencia de la temporada anterior, Kimi consiguió una victoria, tristemente para los tifosi, los 24 podios que obtuvieron, solo uno menos que Mercedes, no fueron suficientes y por segundo año consecutivo, casi de la misma forma, y frente al mismo rival, cayeron al segundo lugar. 

Las quejas por parte de la enorme fanaticada, la prensa italiana y el mismo equipo que se sentía decepcionado e impotente de haber perdido con errores similares, llevaron a la salida de Maurizio Arrivabene en la dirección general, así como la del piloto finlandés del equipo a pesar de haber finalizado tercero ese año.

Esperanza incierta

Sangre fresca se integró al equipo, fue la del monegasco Charles Leclerc, que gracias a su talento y a algunas cuestiones más, fue intercambiado por Sauber para llenar el asiento vacío y correr junto a Vettel. Las expectativas fueron altas debido a destellos que el joven piloto demostró en la campaña anterior, la de su debut, y también porque no se esperaba menos que un gran trabajo que finalmente pudiera darle a Ferrari un título en cualquiera de los dos campeonatos.

No se puede omitir tampoco, el nombramiento de Mattia Binotto como nuevo director general del equipo y al mismo tiempo director técnico, un personaje bien conocido a estas alturas. La tensión entre los nuevos compañeros de equipo, se encendió rápidamente con los buenos resultados de Leclerc que presionaron a Vettel, pese que supuestamente él era el principal para la Scuderia. La fricción aumentó poco a poco, favorecida también por el apoyo y cariño que el monegasco ganaba por parte de los seguidores, correspondida a su vez con ilusión y victorias más que importantes como la épica en Monza, hasta que casi al final del año durante Brasil, fue obvio que la relación tenía serios problemas que afectaron al equipo.

The moment the race turned on its head 🤯#BrazilGP 🇧🇷 #F1 pic.twitter.com/Y77NrJMJ0g

— Formula 1 (@F1) November 17, 2019

Los resultados de todo esto, fueron en el balance final malos, solamente tres victorias en la campaña, un segundo lugar en el torneo de constructores una vez más, y la cuarta y quinta posición en el mundial de pilotos para Leclerc y Vettel respectivamente. 

Crisis y catástrofe

2020. La temporada más reciente y la más baja también para los de Maranello. Para empezar, desde antes del arranque de campaña, la escudería se vio envuelta en la polémica de los motores que, con la presión de otros equipos y prensa, forzó a la FIA a realizar una investigación en las unidades de potencia italianas, nadie sabe exactamente lo que pasó, pero todo indicó que los triunfos logrados el año anterior después del parón de verano, se debieron a una alternación en flujo de combustible y la quema de aceite en el motor, todo en contra del reglamento oficial. Gracias a la estrategia rápida por parte del equipo rojo y las autoridades, se pudieron evitar una sanción que debió de ser enorme por lo ocurrido, la FIA se limitó a declarar que llegó a un famoso acuerdo privado con la marca en el que se incluyó una disminución a la potencia del motor.

Lo anterior supuso un grave daño al rendimiento que nadie en la estructura pudo impedir, eso, más la combinación de la complicada relación entre ambos pilotos, la presión de la prensa, reclamos de la afición y un muy grande avance en los equipos rivales, desembocaron en la temporada fatídica de Ferrari que celebró sus 1000 grandes premios de una de las peores maneras posibles. Sin ninguna victoria en el año, tampoco poles positions, solamente tres podios, seis retiradas, sextos en el mundial de constructores y octavo y décimo tercero en el mundial de pilotos por parte de Leclerc y Vettel, son solo una mediana idea de lo pésimo que les fue en este año.

Kimi's view of the Ferrari incident 👀#AustrianGP 🇦🇹 #F1 pic.twitter.com/RzxwEPYsAy

— Formula 1 (@F1) July 12, 2020

Por si fuera poco, en contraste con la alegría que supuso para algunos la renovación del monegasco hasta 2024, la cereza en el pastel de los conflictos la puso la riña desatada entre lo que por momentos pareció el equipo entero contra Vettel tras anunciarse su salida para 2021. Para tratar de arreglar las cosas, hubo cambios a mitad de la temporada como la destitución de Binotto como director técnico, y la creación del "Departamento de desarrollo", que se encargará de realizar esas funciones, con el italiano Enrico Cardile a cargo, como ya sabemos, en realidad no hubo grandes mejoras. 

A la expectativa

Carlos Saínz Jr. será el nuevo integrante con la tarea de ayudar a enderezar el camino al menos hacia los primeros lugares. El nombramiento provisional de John Elkann como CEO del equipo, un hombre experimentado en los negocios, tataranieto de Giovanni Agnelli, presidente de las marcas FIAT y Ferrari, dan esperanza a los tifosi desesperados de mejoras en el equipo que habrá que esperar a ver si se dan, aunque lo más probable como ellos mismos han admitido es que se vean hasta 2022. 

No solo la comunidad italiana y los ferraristas sufren, sufrimos todos los seguidores de la categoría que extrañamos ver a las ferraris al frente y en la pelea con los grandes, porque ellas son grandes. Nadie quiere ver a sus íconos en el suelo y menos si son tan poderosos y representativos como lo han sido siempre todos los que provienen de Italia, de Maranello.