F1 | ¿Sabías que...? | La importancia de la evolución en los monos de competición
Desde el polo y pantalones comunes hasta los monos ignífugos de la actualidad...la vestimenta de los pilotos de Fórmula 1 ha cambiado a lo largo de la historia, buscando ser la balanza perfecta entre la comodidad y seguridad del piloto. Repasamos como han evolucionado.
Todos tenemos en mente los graves accidentes que ha habido a lo largo de los años en Fórmula 1, sobre todo aquellos en los que hubo incendio. El más recordado es el sufrido por Niki Lauda en el Gran Premio de Alemania de 1976, en el Nordschleife, aunque tenemos uno reciente con el incidente de Romain Grosjean en Bahrein hace unas semanas. Además de las medidas de seguridad que rodean al Gran Circo, uno de los puntos más importantes es el mono, pieza que cubre directamente al piloto. Disparidad de ejemplos a lo largo de la historia: repasamos con han ido evolucionando con los años (y los incidentes) en busca del actual.
Con el ejemplo que tenemos en la actualidad, lo que sucedía en los años 50 nos parecería una cosa de locos. En los inicios de la F1 moderna, allá por el 1951, era primordial la comodidad y el lucir estiloso en la pista, y eso lo mostró al mundo el cinco veces campeón del mundo Juan Manuel Fangio. La leyenda argentina, en un momento en el que había libertad de llevar ‘lo que quisieran’, optaba por llevar un polo, chaqueta y unos pantalones.
En la década de los 60, la Federación Internacional del Automóvil instauró normas de seguridad que regían sobre cómo debían ser los cascos y monos de los pilotos. A partir de ahí, y hasta mediados de los 70, los pilotos contaron con instrumentos algo más seguros, centrados algo más en la protección contra el fuego. Uno de los míticos del momento fue Sir Jackie Stewart, tricampeón del mundo y un ser que consiguió tejer y llevar presente a su Escocia con su famoso traje blanco, y su casco.
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En ese momento se empezó a utilizar el material contra las llamas y el calor, Nomex, cuya llegada al automovilismo se produjo después de que el astronauta Pete Conrad de la NASA le mostrara ese material a Bill Simpson, piloto de la NASCAR. Todo esto fue un avance importante, pero llegaría una situación cumbre para la atención a la seguridad...
Gran Premio de Alemania del año 1976, en el Nurburgring. Unas condiciones de pista complicadas, y un trazado exigente como era ‘El Infierno Verde’, propiciaron uno de los accidentes más aparatosos de todos los tiempos, en el que se vio involucrado Niki Lauda en su Ferrari 312T. Las llamas absorbieron casi por completo al vehículo y piloto, y aunque el piloto pudo recuperarse de las quemaduras, fue un punto de inflexión en la confección de los monos de los corredores.
Con una nueva norma de trajes ignífugos implementada en 1975, supuso un paso adelante a lo visto anteriormente, pero no fue suficiente para paliar las llamas de dicho incidente. A partir de 1979, algunos pilotos, Mario Andretti o el propio Niki Lauda entre otros, optaron por trajes abultados e incómodos, fabricados con hasta 5 capas, siguiendo las especificaciones y los materiales utilizados por los astronautas de la NASA.
Con los años y décadas, la FIA trabajaba en una constante evolución para que dichos monos sean cada vez más seguros y cómodos. Uno de los detalles más destacables en la época de finales de los 80, incluso los 90, era el refuerzo en zonas delicadas, como eran las hombreras, con el objetivo de que fueran lo suficientemente fuertes como para posibilitar la extracción del piloto de dentro del habitáculo.
Otros elementos que aparecieron en los monos, fuera del tema seguridad, fueron los patrocinadores, que se emparchaban en los trajes, incrementando el peso y el volumen de los mismos. Los principales, en aquella época, tendían a ser marcas de tabaco, quienes fueron prohibidas en el año 2006, aunque algunas siguen presentes a día de hoy bajo mensajes publicitarios: Mission Winnow (Marlboro/Phillip Morris) de Ferrari, A Better Tomorrow (British American Tobacco, BAR) de McLaren, etc...
Llegamos a la actualidad. No solo los coches han evolucionado y los habitáculos se han fortalecido, ni solo ha sido el halo quien ha mejorado la seguridad. Los monos actualmente tienen el trabajo específico más avanzado en la competición del deporte de motor. Tras la incidencia en pits de Jos Verstappen en el Gran Premio de Alemania de 1994, en la que se vertió algo de combustible y se incendió el Benetton-Ford del neerlandés, la FIA ordenó que los mecánicos del pit lane se regirían también con las normas de pilotos, en cuanto al uso de trajes específicos.
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Se dejó de lado aquellos pesados trajes, y se introdujeron monos con capas ligeras y transpirables del mismo tejido Nomex, los que pasaban un riguroso proceso de lavado, secado y pruebas a altísimas temperaturas (600-800ºC). Absolutamente todo el material que confecciona el mismo ha de pasar por el mismo procedimiento: cremalleras, guantes, calcetines...hasta el mínimo hilo debe soportar dichas temperaturas. Además, y dejando atrás los conocidos parches, los logotipos de patrocinios son impresos en el propio tejido, reduciendo en masa y peso el completo del traje.
En definitiva, todo avance en materia de seguridad es bienvenido. Volviendo al ejemplo de Romain Grosjean, el mono jugó un papel importante en salvar, en mayor parte de lo posible, de quemaduras al francés. Aguantó como nadie bajo el fuego provocado tras el coche con las barreras del trazado bareiní, y solo sufrió pequeñas quemaduras en las manos, lo que habla realmente bien del trabajo que se está haciendo.