Si creías que una MotoGP era como una moto normal, estabas muy equivocado.

Efectivamente, cuentan con gas, embrague y frenos, tal y como el resto de motocicletas, pero la tecnología juega un papel fundamental en el mundo de la competición sobre dos ruedas, tanto que puede ser la pieza clave para ganar una carrera.

Los pilotos se esconden en la burbuja que figura la cúpula de su “máquina de ganar” y es precisamente ahí, justo debajo de ella, donde se encuentra una pantalla pequeñita donde los pilotos reciben mensajes, tanto en entrenamientos como en carrera; datos relevantes tales como el tiempo de su mejor vuelta, la posición en la que está en ese preciso instante, alertas de final de carrera, ride through, entrar a box para cambiar algo e incluso, alertas de los famosos “mapping” que el propio piloto acciona mediante unos botones situados en el manillar izquierdo de su moto.  Más aún, pueden ver su velocidad y las revoluciones por minuto a las que se mueve.

Como podemos ver, es una herramienta bastante interesante; pese a ello, muchos pilotos optan por no usarla y algunos equipos prefieren no darle demasiado uso para evitar distracciones, ya que el piloto puede llegar a ir demasiado enfrascado en los datos que ahí se le proporcionan.

Pasamos ahora a hablar de los manillares; en el izquierdo encontramos todo aquello que una moto normal posee: embrague, freno delantero y aspectos ya más concretos para la competición: los botones encargados de cambiar los mapas, un limitador de velocidad para pasar por el pit lane a la velocidad permitida, bastante diferente a la que pasan por pista… en resumen, piezas que son únicas y que juegan su papel principal por separado pero que, a la hora de unirlas, realizan un trabajo completo.

Lo último que vamos a ver es el manillar derecho, con el acelerador y el freno trasero, elementos fundamentales en una motocicleta.

Evidentemente, hay algunos aspectos más que también son importantes, pero aquí hemos recogido lo fundamental: botones y más botones, palancas, acelerador… todo ello controlado por la electrónica sin la cual, este deporte no sería lo que es hoy día.

Es un hecho que todas y cada una de las partes que forman la moto tienen un alto coste, todo lo mencionado anteriormente (recordemos que la tecnología es fundamental), tienen el suyo y puede llegar a costar nada más y nada menos que 80.000 euros.