A pesar de que los pilotos se han tomado unos días de vacaciones, este fin de semana toca volver con fuerza puesto que se disputa el Gran Premio de la República Checa en el circuito de Brno. Por lo general, el mundial está muy ajustado, pero en particular, nos centraremos en el piloto que ahora mismo se encuentra en la tercera posición de la clasificación: Maverick Viñales.

Para ello, es necesario retroceder a la primera carrera de la temporada 2018. El circuito de las luces, el circuito más esperado que no el preferido por ser el que da el pistoletazo al mundial de motociclismo. No es otro que el de Losail -Qatar-. Sin embargo, Viñales no hizo muy buenas migas con el circuito qatarí esta vez a pesar de que hacía tan solo un año el piloto de Yamaha era el primero en sumar los 25 puntos. Así que, algo salió mal y tuvo que conformarse con un sexto puesto para la primera cita del calendario.

Tras un cambio de aires, el paddock se trasladó al otro lado del continente, a Argentina. Tras la situación tan diferente de un año al otro, el catalán pretendía quitarse la espina y demostrar un mejor rendimiento. Pero, las cosas no fueron tal y como Viñales esperaba y tras salir el domingo en la novena posición, cruzó la línea de meta en la quinta plaza. Otro obstáculo más que superar ya que también fue él quien ganó en Argentina la temporada pasada.

Y es que el campeón del mundo de Moto3 no empezó el año con buen pie, pero las alegrías llegaron días más tardes cuando logró subirse al segundo cajón del podio en el “Circuit of the Americas” habiendo salido desde la pole. A pesar de su excelente ritmo durante el fin de semana, el número 25 no le pudo arrebatar al rey del COTA: Marc Márquez el triunfo.

Tras una semana de descanso, los pilotos cruzaron el charco para realizar la ruta europea y cambiar así de aires. Al conseguir un buen resultado en la tercera prueba del mundial, el catalán vio una oportunidad que no la dejaría escapar tan fácilmente, ser el ganador en el GP de España, en el lugar que reúne a más moteros del país. En Jerez. Lejos de esa situación, Viñales tuvo que aceptar la séptima posición. Al igual que en Le Mans al finalizar la carrera séptimo habiendo ganado en Francia en 2017. Esta es la última vez de momento que el de Yamaha celebra una victoria.

A punto de perder los papeles por el bajón de posiciones respecto al año pasado llega el Gran Premio de Mugello -Italia-. Un territorio “rossista” donde las bengalas amarillas delatan la pasión que tienen los italianos hacia el nueve veces campeón del mundo, Valentino Rossi. Así que, tanto Viñales como el resto de los pilotos tendrían que batallar cuerpo a cuerpo con ‘Il Dottore’. El domingo terminó para el gerundense con mal sabor de boca al optar por la octava posición y fue aquí cuando mandó un mensaje muy claro a la fábrica japonesa: “Yamaha me prometió ganar, no luchar con satélites”. Además, añadió que en la carrera todo iba mal y esperaba que Yamaha pudiera solucionar dicho problema.

Pero la pesadilla no finaliza aquí ya que en la siguiente carrera, en el GP de Catalunya, cruzó la bandera de cuadros en sexto lugar a pesar de salir desde la cuarta plaza. Desmotivado y enfadado, el de Gerona declaró lo siguiente: “Ha sido un desastre, estoy muy decepcionado por la carrera”. Por lo que, Yamaha debía poner soluciones sobre la mesa si de verdad querían ver a sus pilotos -tanto Rossi como Viñales- brindar con champán. Y al parecer, el equipo dio con la tecla correcta tanto en Assen como en Alemania. En la ‘Catedral de la Velocidad’ pudo cubrir el tercer puesto y dar un respiro a la terrible temporada que tanto estaba sufriendo por no conseguir resultados.

Además, antes del parón del verano, en Alemania, los dos pilotos oficiales de Yamaha pudieron celebrar “una victoria” a pesar de ser tercero -Maverick- y segundo -Rossi-. Y es que las soluciones a los problemas dieron sus frutos, como dice el del dorsal 25: “Vamos dando pasos hacia adelante, la Yamaha empieza a funcionar como a mi me gusta”. Como era de esperar, el piloto confesó que la temporada le está resultando muy dura.

Y, a pesar de las merecidas vacaciones y de la desconexión, el de Figueres respondió muy seguro: “Tendremos pocas vacaciones porque hay que mejorar”. Y no es para menos ya que son solo 56 puntos lo que le separa del líder del mundial -Márquez-. El hecho de puntuar en todas las carreras le ayuda a mantenerse en una buena posición de la general y compensar el esfuerzo del campeón del mundo.