Fernando Alonso realizó otro paso de cara a la ‘Triple Corona’ al visitar las instalaciones del Centro Tecnológico de McLaren (McLaren Technology Centre) para el armado de su asiento de IndyCar.

Solo un piloto, Graham Hill, ha ganado el Gran Premio de Mónaco, 24 Horas de Le Mans y las 5000 Millas de Indianápolis y en mayo, Fernando está determinado en igualar dicho logro. Es su segundo intento en conquistar las míticas 500 Millas tras su asombroso debut con McLaren en 2017.

La preparación es la clave para construir unas exitosas Indy 500. En los últimos años, prácticas y clasificación duraban casi todo mayo. Pero el trabajo comienza mucho antes y una de las tareas claves es asegurarse que Alonso esté cómodo en el coche donde doblará a la izquierda 800 veces en un promedio de 230 mph, mientras su cabeza y cuello están sometidos por fuerzas cuatro veces mayores a la gravedad.

Como en un auto de Formula 1, el cockpit de un IndyCar se ajusta individualmente al tamaño y forma del piloto, pero las dos disciplinas comienzan a diverge. Cada equipo de F1 diseña y construye su propio coche y cada elemento está lo más empaquetado posible. El espacio asignado al conductor están tamaño cero o ‘size zero’ como los sidepods y motor. Arriba de ello, el asiento es construido para ser removible con el piloto allí en caso de emergencia.

En contraste, los autos de IndyCar son hechos por un solo suministrador con un número diferente de motores en mente y el cockpit es generosamente proporcional para admitir una gran variedad de cuerpos. Dado al número de carreras en óvalos con grandes promedios de velocidad en el calendario, el confort es la gran prioridad puesto a que un piloto con fatiga puede traer graves consecuencias.

“En Formula 1, el asiento es construido de manera tal que se pueda extraer con el piloto incluido después de un accidente y básicamente, esta hecho de fibra de carbono”, decía el mecánico número uno de Alonso, Liam Dance.

“El cockpit de un IndyCar es mucho más grande y tiene más relleno, por lo que el asiento es actualmente de espuma en vez de carbono. Desde que el coche está configurado para andar en óvalos de alta velocidad y toda la mano izquierda dobla, la espuma en el lado de la mano derecha es muy importante que esté correctamente, particularmente alrededor de la cabeza”.

El armado de los asientos de IndyCar y F1 son similares. El piloto se siente en lo que es, en efecto, una gran bolsa con una especie de resina. Una vez que el piloto y mecánicos vean que la posición es la correcta, tanto para alcanzar los controles y lo suficiente como para ver más allá del monoplaza, la bolsa es rellenada para colocar las cuentas de espuma.

Para los F1, la moldura es escaneado digitalmente y el departamento de composición lo usan para construir una cubierta de fibra de carbono. En cambio, en IndyCar, la moldura de espuma se recorta y se cubre con una tela que se ajusta al cockpit.

“Con los dos tipos de cockpit logras que la posición del pedal y los cinturones de seguridad estén acorde a las preferencias del piloto y asegurarte que los pueda usar de manera apropiada”, declaraba Dance. “Luego, con Fernando en el monoplaza de IndyCar, prestamos mucha atención en optimizar la espuma y le damos varias opciones dependiendo de cuánto apoyo necesita su cabeza en la carrera”.

Indianápolis es bastante simple: longitud de 2.5 millas (alrededor de 4 kilómetros) cuatro curvas de 90 grados con una inclinación de 9º. Es la velocidad de los autos la que hace que las 200 vueltas sean mental y físicamente exigentes, un hecho que se refleja en el número de accidentes que se han producido en los últimos años. Para mantenerse en forma, Fernando necesita estar cómodo, si esto es posible en un ambiente hostil donde el monoplaza crea un agujero en el aire a más de 230 mph (370 km/h).

“También tuvimos que poner espuma en sus piernas, porque cada parte del cuerpo será empujado hacia el lado derecho”, agregaba Dance. “Es una larga carrera y en el final, estará muy cansado, en especial si ha sido presionado contra el costado del chasis”.

“En F1, el piloto estará usando los frenos todo el tiempo durante la vuelta mientras que en la Indy 500 no lo tocan en ningún momento, excepto cuando van a los boxes. Así que, lo principal cuando configuramos los pedales, aparte de que estén en el lugar preciso, es asegurarnos de que su pie no esté cerca del pedal de freno, que no haya chances que por accidente su pie vaya hacia allí. Pasamos mucho tiempo de que sea lo correcto”.

Si bien las prácticas y el cronograma de clasificación para las Indy 500 puedan parecer pausados en comparación a la actividad fluida y rápida de un fin de semana de F1, pero hay muchos puntos que pueden alcanzar a los pilotos y equipos. Cada segundo en pista cuenta no solamente para hacer el coche estable y fácil de manejar en altas velocidades requiera de mucha delicadeza en ingeniería, sino también porque el cambio meteorológico y de las condiciones en pista pueden alterar radicalmente el comportamiento del monoplaza.

Es aquí donde la experiencia de Fernando pueda hacer la diferencia, mucho antes de que se encienda el motor. “Él sabe exactamente lo que necesita”, declaraba Dance. “Te dice al milímetro cuánto tienes que ajustar el volante y los pedales”.

“Los pilotos con poca experiencia pueden que no estén tan seguros y haces un asiento con ellos y te dirán ‘estoy feliz así’. Después, cuando salen a la pista, pueden encontrarse con que no funciona bien y al final, estés rehaciendo el asiento en el trazado entre sesiones”.

“Eso te puede costar mucho tiempo en pista si tienes que mover las cosas. Por lo que es crucial tener el asiento bien hecho en la primera ocasión”.