Mercedes acabó con su racha ganadora en el pasado Gran Premio de Austria. Tras ocho carreras de dominio incontestable, el equipo de la estrella encontró en el Red Bull Ring sus mayores debilidades. El calor y la altitud fueron sus dos grandes rompecabezas. Su monoplaza sufre de graves problemas de refrigeración, por lo que, debido a las altas temperaturas, les obligó a reducir la potencia del motor y a tener que usar técnicas de refrigeración en mitad de carrera, como el “lift and coast”, es decir, levantar el acelerador y dejar el coche correr antes de frenar para la curva. Además, la altitud y su correspondiente aire más denso provoca una pérdida de carga aerodinámica en los monoplazas y requiere usar un paquete aerodinámico de alta carga para compensarlo, lo que acabó con las pocas esperanzas de victoria del equipo alemán.

Una vez cumplida la tradicional carrera de descalabro de Mercedes, llegamos a Silverstone. Las características del circuito inglés distan muchos del anterior Gran Premio. Las temperaturas más frías y la baja altitud, sumado a la ausencia de largas rectas y el mayor número de curvas rápidas del circuito inglés, devuelven unas condiciones propicias a un equipo que ya de por sí necesita pocos alicientes para ganar. 

Toto Wolff, jefe del equipo Mercedes, se muestra confiado con el retorno de su escudería al frente de la parrilla: “Realmente confío en el clima típico inglés de Silverstone para que podamos ganar un poco de tiempo para solucionar nuestros problemas", comentaba Wolff a tono de broma después del último Gran Premio.

El jefe austríaco teme que el rendimiento mostrado en la última carrera se repita en los circuitos venideros con unas condiciones similares: "No hay otra alternativa que solucionar nuestros problemas para las próximas carreras de calor, Hockenheim y Budapest. No hay otra opción."

Wolff afirma además que el rendimiento del motor Ferrari no será un aspecto tan importante en el circuito inglés:  "El despliegue de energía tal vez no sea tan diferenciador en las curvas rápidas, así que creo que Silverstone debería ser mucho más de nuestro agrado. Tal vez no tanto como Paul Ricard, pero mucho mejor que Austria".

Por su parte, Lewis Hamilton cree que la falta de velocidad de Mercedes en Austria no es preocupante, y lo achaca simplemente a las condiciones del trazado, donde la corta longitud de la pista y las largas rectas marcaron la diferencia. Asimismo, el piloto inglés confía en que su coche mejore mucho en Silverstone, aunque espera que la lucha esté muy apretada.