La Formula 1 siempre se ha caracterizado por ser un deporte de riesgo, pues el hecho de ir a más de 300 km/h cada vuelta no lo puede hacer cualquiera. En este deporte siempre ha habido un equipo o dos, que han destacado sobre el resto en una misma temporada. La lucha entre escuderías para ver quién hace el mejor monoplaza es algo que no se ve, pero es algo esencial para garantizar el espectáculo.

Sin embargo, desde el año 2014, con el cambio de reglamentación que conllevo a la introducción de motores turbo-híbridos V6, nada volvió a ser igual. 5 años de absoluta dominación de la escudería Mercedes-AMG han convertido a la máxima categoría del motor en un circo. Cambios constantes de reglas, de neumáticos, sanciones absurdas, circuitos inapropiados para competir, hacen que uno se plantee dejar de ver la Formula 1.

La escudería de Brackley obviamente invirtió muchos recursos y sacrificó las temporadas de 2010, 2011 y 2012 para centrarse en el 2014. La cosa les salió redonda, pues estuvieron uno o dos años desarrollando su monoplaza, el W04. El resto de las escuderías estuvieron, y han estado, a años luz de lograr el rendimiento de las flechas plateadas.

¿Cuáles son los problemas a los que se enfrenta la Formula 1?

La llegada de Liberty Media en septiembre de 2016 cambió la forma de ver el espectáculo. Lo cierto es que los americanos han modificado y cambiado bastantes cosas del “Gran Circo”, algunas a mejor y otras a peor (según mi opinión personal). Cosas como cambiar el logo, o introducir un himno, o cambiar las cabeceras de las retransmisiones, introducir nuevos elementos de seguridad como el “halo”, son algunos de los cambios que Liberty introdujo, y que han tenido buena acogida entre los fans.

En primer lugar, uno de los graves problemas es la evidente desigualdad entre equipos.

Desde 2014, únicamente Mercedes-AMG, Scuderia Ferrari y Red Bull Racing han ganado una carrera. Sólo tres escuderías de 10 (antes había 11), han podido ganar un Gran Premio. Esto se debe a la compleja normativa de motores que hay desde 2014, así como la enorme diferencia de presupuestos entre escuderías.

Por tanto, no es divertido ver carreras donde sabes que, si no pasa nada, va a ganar un Mercedes, o raras ocasiones, un Ferrari o Red Bull, pero jamás un McLaren u otra escudería. Únicamente es entretenido de ver por las luchas de la zona media de la parrilla, donde unos 8 pilotos están en cinco o seis décimas de segundo e incluso menos. Por ende, urge la necesidad de un cambio drástico de reglamentación, el cual llegara en 2021, y en el cual se espera que las cosas vuelvan a ser como antaño, donde no haya una desigualdad como ahora, donde de ocho carreras, Mercedes-AMG ha ganado las ocho, algo que no se veía desde 1988, con McLaren-Honda.

El segundo gran problema son los circuitos carentes de adrenalina. 

Así, trazados nuevos como Sochi, Baku, Zandvoort, Paul Ricard, están hechos para que los pilotos cometan errores sin consecuencias ninguna, donde no se puede adelantar, y donde las carreras son auténticas procesiones. No son dignos de estar en la actual Formula 1, donde los coches son tan anchos y grandes que resulta imposible adelantar. Y es que los circuitos nuevos sustituyen a lo que son auténticas joyas e hitos del automovilismo, tales como el Gran Premio de Alemania, Italia, México, España… Está claro que todo es por el interés económico, pero lo cierto es que cada vez son menos los fans que se desplazan a los circuitos para ver la Formula 1, total, para ver ganar al mismo equipo de siempre o para ver carreras aburridas como fue la de ayer en Francia…

Y, por último, el tercer problema sería que los actuales neumáticos de Pirelli son realmente duros.

La mayoría de las carreras se juegan a una o dos paradas, con compuestos que son eternos, con una degradación mínima. Además, los pilotos tienen que estar constantemente cuidando los neumáticos, pareciendo más carreras de Resistencia, que de Formula 1, donde antaño éstos tiraban al máximo, sin importar nada más.

Por ende, es necesaria una revolución en los compuestos, ya sea introducir y negociar con otro fabricante o desarrollar gomas mucho más blandas, para forzar más paradas en boxes durante las carreras, lo cual le añadiría mucha más emoción al espectáculo.

Sea como sea, solo Liberty Media puede solucionar la actual crisis que vive la Formula 1, y todo pasa por escuchar a los fans y a los pilotos.

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